La ptosis palpebral consiste en una caída completa o parcial de los párpados superiores o inferiores. Tal condición puede estar presente desde el nacimiento (ptosis congénita) o verificarse durante el transcurso de la vida (ptosis adquirida). La señal más evidente de la ptosis palpebral es la caída de uno o ambos párpados. Tal caída puede ser apenas perceptible o llegar a cubrir completamente el ojo, puede perdurar estable en el tiempo, desarrollarse gradualmente en el transcurso de años (ptosis progresiva) o continuar de manera intermitente. De las variadas condiciones que pueden determinar la caída de los párpados, indudablemente el envejecimiento es la causa principal y más común. Cuando la condición resulta de mayor gravedad, el párpado que cae, puede hasta incluso causar perturbación en la visión (ptosis funcional) con el consiguiente compromiso de la capacidad de ver o ver nítidamente. A diferencia de la ptosis funcional, se habla de un problema de naturaleza estética (ptosis estética) cuando la caída palpebral compromete un empeoramiento estético del rostro de una persona, un inestetismo de no poca importancia, si se considera la centralidad de los párpados en el rostro y el hecho de que siempre es visible y en cualquier contexto comunicacional. A veces en el adulto, más allá de la ptosis (caída o prolapso de un órgano), se puede tener un exceso cutáneo del párpado superior y por lo tanto además de la cirugía de ptosis, se asocia a una blefaroplastia estética.

 

La corrección quirúrgica tradicional puede representar un tratamiento eficaz para la ptosis palpebral, útil para mejorar ya sea la visión como el aspecto estético del paciente. A menudo ocurre que la intervención quirúrgica en quirófano no es agradecida y ciertamente puede ser objeto de complicaciones o de tiempos de recuperación y curación bastante largos.

La alternativa a la cirugía tradicional, en el tratamiento de la ptosis palpebral, es representada por la Blefaroplastia con tecnología PLEXR®, es decir Plasma Excéresis (Excéresis por plasma).

El PLEXR®, es un manípulo totalmente inalámbrico administrado por el médico, que utiliza el plasma, una forma de energía que sin recurrir al bisturí y sin afinar el tejido “sublima” – pasaje inmediato del estado sólido al estado gaseoso – tratando de manera específica el tejido, evitando de esta manera, comunicar cantidades de calor indeseadas a las zonas circundantes reduciendo el riesgo de efectos colaterales.

Con una técnica indolora y sin sangrado, sin cicatrices y sin riesgo de asimetrías, gracias al PLEXR®, el médico efectúa puntos microscópicos de sublimación que le permiten reducir al correcto espesor del tejido palpebral abundante. Se le aplica al paciente una crema anestésica, la cual se la deja actuar durante 30 minutos lo que hace que el sucesivo tratamiento sea absolutamente indoloro. Cada sesión dura aproximadamente 15-20 minutos, y no es necesario realizar incisiones o puntos de sutura. Esta técnica de Blefaroplastia también es definida como “Dinámica” dado que permite al operador invitar al paciente a que abra y cierre los ojos durante el tratamiento. De esta forma, se evidencian los pliegues de la piel que aún deben tratarse. Apenas es finalizada la sesión, se puede apreciar perfectamente la plasticidad del movimiento palpebral y el resultado que se consigue es enseguida visible, el cual se mantendrá por años.

El Post – tratamiento puede caracterizarse por una ligera hinchazón del párpado, que generalmente desaparece en un par de días y es fácilmente disimulable aplicando una crema hidratante, de rubor donde se encuentran los puntos de sublimación que generalmente caerán entre los 4 o 5 días.

A pesar de ello, el tratamiento siempre es bien tolerado por el paciente ya que puede volver a las normales actividades cotidianas y laborales del día siguiente utilizando maquillaje para disfrazar los resultados del tratamiento. Es importante para el paciente que se cubra con una crema opaca hidratante luego de realizado el tratamiento y que la misma posea un factor de protección alto (30+SPF) para proteger las zonas tratadas, y que las pequeñas crostitas de carbonización que se han formado correspondientes con los puntos de sublimación, se dejen caer de manera natural, sin retirarlas. El número de tratamientos aconsejables es definido por el médico al momento de la visita inicial. Para que el resultado se consolide en el tiempo, hay una media de 3 tratamientos a ser realizados, ejecutados a distancia de un mes entre cada uno de ellos, pero a menudo con solo un tratamiento de PLEXR® se consiguen resultados considerablemente satisfactorios. Además, en la zona periocular, la tecnología PLEXR® viene a ayudar al médico estético en la armonización y tratamiento de arrugas perioculares, también llamadas “Patas de Gallo” a menudo difíciles de tratar solamente con rellenos o toxina botulínica

El procedimiento es muy parecido a la de la Blefaroplastia, donde, luego del empleo del anestésico tópico en forma de crema, se procede a ejecutar los puntos de sublimación sobre el pliegue del tejido en exceso, consiguiendo de este modo un aplastamiento de la arruga misma y su desaparición que resulta ser duradera en el tiempo.

Hoy la Blefaroplastia sin intervención quirúrgica es posible sin los malestares y riesgos conexos que la misma ocasiona